Seguir a Cristo
El llamado de Jesucristo siempre fue: sígueme
Exigió siempre un abandono previo
Este llamado nunca ha cambiado
El que no abandona nada, no puede ser discípulo
El discipulado es renunciación
Es alejamiento definitivo de todo aquello que es malo
Es decirle no a toda componenda
A toda barrera que impida seguir a Cristo
Seguir a Cristo es decirle no al yo
Crucificar cada día la voluntad
Realizar una entrega absoluta y vigorosa
Tener una intima y profunda relación
Seguir a Cristo es darle el primer lugar
Confesar su nombre públicamente
Olvidarse de uno mismo y seguirle
Sin demora y sin reserva
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